Dejame

Déjame navegar en tu recuerdo
déjame vivir en tu aliento
déjame saciar del néctar de tu boca
la sed de amor que por dentro siento.

Déjame posarme en tu mirada,
déjame abrigarme entre tus brazos,
deja que la pasión en tus besos
llene por completo mi alma desolada.

Déjame en tu sonrisa sincera
plasmar el idilio de mis sentimientos,
déjame decirte todo lo que siento,
déjame decirte lo que mi alma espera.

Deja de tus ojos, cual estrellas del cielo
desbordar sobre mi alma su luz inefable,
deja de tus labios descender agradable
sobre mi vida tus deseos y anhelos.

Deja de tus manos en mi pecho nacer
el amor que tanto espero,
deja, sin medida, en el silencio mi jardín florecer.

Deja que el rocío de tu cuerpo
haga germinar la pasión en mi,
déjame alimentar con loco frenesí
todo, todo lo que por ti siento.

Déjame disfrutar el momento
en que tu rostro reflejado en mis ojos
convierten en alegría todos mis enojos.

Déjame entrar en tu pecho,
déjame ver tu corazón,
deja, sin temor ni restricción
ver lo que el pasado en ti ha hecho.

Déjame, no me cierres la puerta
al laberinto desafiante de tu vida,
déjame descubrir enseguida
todo aquello que tu boca no cuenta.

Déjame entender la manera
en que se vierten tus sentimientos
por los temores que en momentos
abordan tu vida entera.

Déjame sacar de tu pecho
el miedo a querer sin medida,
la penumbra que envuelve tu vida
y la tristeza que encara en tu lecho.

Déjame compartirte mi vida,
déjame mi amada doncella
vivirte, soñarte y amarte, amarte más que a ella.